23 jul 2005

Jean Francoise Revel. Fines y condiciones de la democracia

Por José María Marchionni- Sebastián López Calendino.
El día 17 de marzo de 1998 el periodista y ensayista francés Jean Francoise Revel pronunció una conferencia sobre el tema “Fines y condiciones de la democracia”, organizado por la Fundación Libertad y por el diario “La Nación”. Asistimos a la misma y lo que sigue pretende ser una breve síntesis de lo que se dijo en ella.
Cabe recordar que Revel es miembro de la Academia Francesa y que entre sus obras más conocidas figuran “La Tentación Totalitaria”, “El Conocimiento Inútil”, “Como Terminan las Democracias”, además de haber sido Director, durante casi dos décadas, de L´Express.
El expositor comenzó su disertación advirtiendo que el tema propuesto hunde sus raíces en la cultura griega y en especial en los aportes hechos por el pensamiento político griego sobre el particular. En este entendimiento recordó las clasificaciones clásicas respecto de las formas de gobierno y en especial que el régimen democrático fue concebido por los antiguos griegos sobre la base de la ISONOMÍA, (la igualdad de todos frente a la ley) y de la ISOGORÍA, (el derecho y la libertad de todos de expresar su opinión y de participar en las decisiones). Así pues la libertad, la igualdad frente a la ley y la participación de todos los ciudadanos en las decisiones de la sociedad se encuentran en los orígenes mismos de la democracia y son los fines principales de ésta.
Ahora bien, según Revel, los griegos inventaron la democracia y al mismo tiempo desconfiaron sumamente de ella. La crítica de la democracia y la descripción de los peligros que trae aparejada nacieron al mismo tiempo que la teoría y la práctica de la democracia misma. Señala Revel que sobre todo los intelectuales desconfiaban de la democracia a causa de un hecho que fue traumático para la “inteligencia” griega: la injusta condena de Sócrates acaecida en el año 399 A.C. dispuesta por un jurado popular de 501 miembros. Esta circunstancia llevó a pensar que el régimen democrático era capaz de conducir a las peores injusticias tal como lo hace la peor tiranía. En este aspecto, como en tantos otros, la reflexión griega se anticipó a la moderna. Así para Revel se distinguían tres peligros fundamentales:
1.- El peligro de no poder tomar decisiones porque la mayoría vacila.
2.- El peligro de las decisiones tomadas bajo la influencia de los demagogos.
3.- El peligro de la ignorancia de los intereses colectivos reales o de los elementos de un problema que pueden hacer del voto un arma suicida.
En opinión de Revel, el que advirtió estos problemas con más claridad, elocuencia y pesimismo fue el más genial defensor de la libertad de esos tiempos: Demóstenes. Sin embargo la cuestión no fue ajena a filósofos como Platón, Aristóteles, a historiadores como Tucídides o a autores de teatro como Aristófanes.
Para el autor francés, esas enfermedades de la democracia antigua son las mismas de las democracias modernas con otro factor adicional que complica todavía más el asunto: la introducción del régimen representativo.
La distinción fundamental entre la democracia moderna y antigua es el nacimiento de la REPRESENTACIÓN. En la pequeña ciudad antigua se podía practicar la democracia directa, cosa impracticable en nuestros populosos Estados-Nacionales.
De allí que para Revel, no se puede negar que la representación resuelva un problema y que sin esa solución la democracia sería hoy imposible de practicar. “Pero esa misma solución añade un nuevo peligro que es la creación de una CLASE POLÍTICA, artistas de la elección y reelección, que están más dispuestos a conseguir votos populares que a seguir políticas racionales”.
Para contrarrestar los efectos nocivos de una clase política enquistada en el Estado y alejada de la Sociedad, guardando las apariencias de la democracia pero no su esencia, Revel propone aumentar la INFORMACIÓN y el CONTROL como mecanismo correctivo. En palabras del propio conferenciante “se presenta de nuevo la cuestión medular de la información en democracia más dramática que nunca cuando se interpone entre el pueblo y el poder una elite que puede confiscar las instituciones sin destrozarlas dejándolas hábilmente lejos de todo control real”.
A su vez, este remedio de la fiscalización informática propuesto, también sería efectivo para corregir los desacoples en la relación mayoría-minoría producto de la falta de consenso necesario en todo juego democrático. En este sentido alerta Revel, memorando a Alexis de Tocqueville, que otro gran riesgo que acecha a la democracia moderna es el de la tiranía de la mayoría, déspota colectivo anónimo que impulsa a la minoría a tomar posturas drásticas.
Por ende en la visión del pensador francés, los peligros que amenazan a la democracia no vienen solamente por la confiscación del poder por la clase política sino que también vienen por los ciudadanos mismos que muchas veces no aceptan respetar las reglas de ésta.
Termina diciendo “nosotros los periodistas tenemos el derecho y el deber de criticar al poder pero también debemos aceptar que se critique a los medios y a la prensa. Muchos dicen que el rol de la prensa es criticar sistemáticamente al poder político. Esto no es así, la oposición sistemática no es más democrática que la aprobación sistemática. La libertad de expresión tiene como condición la verdad de la expresión, entonces esto nos enseña que la democracia se construye y destruye cada día”.

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